¿Un acuerdo firmado da fin al conflicto?

3 Dic 2018

«Estar de acuerdo no siempre significa compartir una razón, lo más normal es que las personas se acojan a la sombra de una opinión como si fuera un paraguas»

José Saramago

Un acuerdo pretende acercar posiciones que se encontraban distantes. En todos los ámbitos de nuestra vida en los que interactuamos es necesario hacer acuerdos, en la familia, en la escuela, en el trabajo, y por supuesto también existen en otros niveles como la política nacional e internacional de un estado.

La democracia supone una serie de conductos a través de los cuales se pueden y deben procesar intereses distintos.

En las sociedades modernas hay diversos intereses, concepciones, puntos de vista, ideologías, proyectos, etc. ¿Cómo vivimos? La mayor parte del tiempo en conflicto, tanto en lo público como en lo privado.

Como sociedad, debemos aprender a realizar acuerdos y ser capaces de sostenerlos como forma de vida, para lograr vivir en DEMOCRACIA y en PAZ.

Esto nos exige convivencia, construcción de acuerdos, conciliar diferencias.

Compartimos en esta oportunidad el artículo de Liz Puma Almanza, Catedrática de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.

La experiencia nos dice que no necesariamente un acuerdo firmado pone fin a un conflicto. Más bien, abre la oportunidad para la transformación del conflicto social al ofrecer escenarios con múltiples posibilidades.

Genera desafíos para las partes e incrementa las expectativas en relación con los resultados tangibles e intangibles sobre los acuerdos pactados, que en algunas situaciones pueden dar lugar al escalamiento del conflicto.

Pongámonos en el caso de aquellos conflictos que han escalado a episodios de crisis con hechos de violencia. En situaciones de esta naturaleza los esfuerzos para buscar opciones, salidas negociadas y dialogadas, constituyen un reto para todos los involucrados.

La voluntad de las partes para abordar los temas mediante el mecanismo del diálogo debe traducirse en propuestas que luego aterricen en acuerdos que sean objetivos, medibles, pasibles de supervisión y se encuentren dentro del marco de la ley.

Cuanto más detallado se encuentre un acuerdo, mayores posibilidades tendrá de ser sostenible en el tiempo; en tanto, la ambigüedad en su implementación puede derivar en nuevos conflictos.

Si bien puede haber una percepción respecto al acuerdo como punto final del conflicto, este en verdad lo que hace es abrir una puerta para un espacio nuevo. La firma de un acuerdo configura una nueva etapa denominada el post acuerdo, categoría planteada por el experto mediador y teórico del conflicto, Joan Paul Lederach.

Para entender lo que sucede en este nuevo espacio que, a simple vista, debería funcionar como un reloj, donde todos cumplan sus roles, mandatos y funciones, podemos tener en consideración algunos factores que influirán en el mismo.

Primero, multiplicidad de actores según la naturaleza del conflicto, con los cuales se tiene que interactuar, renegociar y coordinar. Segundo, pasar del dicho al hecho. Tercero, el tiempo es diferente para todos los actores en conflicto, puede variar de acuerdo con el nivel de complejidad del acuerdo, los recursos disponibles (humanos, presupuestal, normativo), las lógicas burocráticas y las acciones de los actores que se puedan oponer.

Finalmente, la resistencia al cambio. Las instituciones, los estilos de relacionamiento y comunicación, entre otros, no cambian de inmediato con la firma de un acta, este es un proceso lento que requiere de esfuerzos sostenidos en el tiempo. He aquí de la importancia de fortalecer la institucionalidad de una cultura de diálogo y paz.

Tener en cuenta estos factores contribuirá a entender la desconfianza, tensión y confusión que se generan en esta etapa de post acuerdo, donde el diálogo continúa siendo una herramienta fundamental.

Soy Conciliadora Extrajudicial, con especialización en familia, Árbitro. Diplomada en Teología, Religión y Cultura por la Universidad Antonio Ruíz de Montoya. Experta en manejo de conflictos.

Miembro de la Asociación Edificando la Paz, Embajadora en Perú del Foro Internacional de Mediadores Profesionales FIMEP – Universidad de Loyola Andalucía y Directora del Centro de Conciliación Yarnold.

Católica, con un profundo sentido ecuménico, creo en el pluralismo y la libertad religiosa. Me gusta el arte, sobre todo el teatro y la música. Mi plato favorito es el ceviche. Gozo de cocinar sobre todo si es para los buenos amigos. Mi libro favorito: “Los Miserables” de Víctor Hugo.

Rebeca Yarnold

Directora, Centro de Conciliación Yarnold

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